Una Lección Sobre La Voluntad (2).
Transmisión de un Ajustador del Pensamiento – 13 de agosto del 2004.
Ven ante Mi con un corazón abierto, para que Yo pueda impartirte una verdad mas profunda. Anteriormente discutimos sobre hacer la voluntad de Dios, pero necesita entenderse que eso nunca es algo que tienes que hacer de tu parte, ni tampoco hacer la voluntad de Dios es algo obligado por parte de Dios. Hacer la voluntad de Dios simplemente es el deseo de hacer lo que es bueno para otros, sin reconocimiento o recompensa. Es seguir los instintos de tu corazón, los cuales son mis incitaciones para que actúes en ello.
Hacer la voluntad de Dios necesita ser un deseo, una alegría en el corazón humano y propagar y practicar al azar actos de bondad. Es dar servicio con un corazón sincero, honesto y amoroso. Están incrustados en amor, luz y paz. Si te consideras ser un ‘trabajador de luz’ o un ‘trabajador de paz,’ entonces tú trabajas bajo la sombrilla del amor.
Dios es amor, Su voluntad es amor, Sus actos son amor y este amor encuentra mas expresiones en las vidas de miríadas de criaturas creadas y evolucionando. Los seres creados se expresan ellos mismos en servir cariñosamente y hacer la voluntad de Dios es algo inherente en ellos, y por eso ellos le sirven gustosamente. No es así con las criaturas de evolución, ellos son diferente porque tienen la opción de amar o no amar. Tener opciones y hacer decisiones crea individuos, que grandemente difieren el uno del otro – personalidades, en las que las características mas débiles o mas fuertes pueden convertirse en un aspecto dominante y otra vez, eso depende de cuánta auto-disciplina y auto-rectificación toma parte.
La personalidad viviendo en ‘la superficie de la vida’ que no se dedica a pensar independientemente, es una presa mucho mas fácil de caer a toda clase de adicciones y auto-satisfacciones, pero las personalidades que activamente buscan por el propósito y el significado de la vida y encuentran un valor allí, se volverán mas armoniosos y equilibrados dentro de ellos mismos.
Tener detrás del nombre de uno la educación mundana y ser letrado no es indicación segura de tener una desarrollada y armoniosa vida interior. Mientras menos pretensioso sea uno sin el perceptible ego falso, mejor está uno y mas probabilidades hay de emprender la voluntad de Dios de una forma sin pretensiones. Hay entonces un impulso innato de servir. El motivo de codicia nunca se conecta con el servicio desinteresado. Muchas obras hechas en nombre de Dios son solamente eso – en nombre solamente, ya que frecuentemente hay un motivo escondido y un deseo de reconocimiento.
El Padre siempre sabe la intención y la motivación del corazón humano, aun cuando no es aparente al mundo exterior.
Otra vez, medita sobre lo que para ti significa ‘hacer la voluntad de Dios.’
© Grupo de Progreso 11:11.
Perdiéndote a ti mismo, Me ganarás – AP.