Mentori, El Principe Planetario.

Los Mensajes Celestiales del Grupo de Progreso 11:11
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George
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Mentori, El Principe Planetario.

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Mentori, El Principe Planetario.

Los escritos que aparecen abajo fueron un ejercicio fuera de lo común para mí. No me gusta la ficción ya que este universo nos ofrece cosas tan maravillosas para reportar. Sin embargo mis Amigos Intermedios estuvieron a mi lado el 5 de Julio del 2001 y ellos querían eso. No hasta septiembre 22 del 2002 fue que aprendí que la Artesana Celestial, Athena, había intuido estos escritos y no hasta hace unas semanas que los receptores del 11:11 aprendieron que nuevos Maestros han llegado a este planeta. Ellos mismos se llaman los Mentores.

Yo sugiero que estos escritos pueden ser vistos como un preludio a esa llegada. Pero podría haber un tiempo en la distancia, en un futuro envuelto cuando un anteriormente mortal llegue a ser un Príncipe Planetario en uno de los universos.

Un Asunto Contencioso.
(O Una imagen más grande para P.P. Mentori.)

Él es un nuevo designado Príncipe Planetario con el nombre de Mentori. Casi al mismo tiempo de su parecida tardanza en llegar al evolucionado mundo de su ascenso, llego a saludarlo un viejo Maestro Ascendido, que ahora había descendido nuevamente a los reinos de espacio/tiempo. Ella era una antigua mortal, de un pequeño planeta llamado Satania, del cual todos en Urantia sabemos al respecto. Nuestra “Mujer en el trabajo” con mucho derecho se hace llamar Urantja.” Ella es una Embajadora del Paraíso y ella es de nuestras razas.

El Antiguo Mortal.

“Las normas son todavía las mismas, Hermano Mentori. Los decretos del de Arriba siempre permanecerán intactos,” dice la arcaica Ciudadana del Paraíso llamada Urantja. “Ninguna de las leyes eternas, difíciles y rápidas del Paraíso han sido alteradas en los Universos del Tiempo/Espacio Universo desde antes de que yo o desde que yo fui descendiente de padres animales en el planeta que todavía felizmente llamo mi muy apreciado hogar.”

La Ciudadana del Paraíso de cabello blanco—una nueva designada Embajadora del Paraíso y Consejera del Príncipe Planetario de ese planeta número 411 del Universo Exterior 1807—toma una pausa. Pareciera que ella necesitara respirar profundamente antes de continuar, a pesar de que ese ser no necesita respirar en absoluto. Ella parece suspirar, aunque ya las traumas descorazonadas durante su existencia terrenal estaban en un pasado lejano.

Ella continua con la conversación, calmadamente, o por lo menos así parecía, pero tiene mucha tensión y esta muy aprensiva. Está aquí en 411 para completar la más importante misión de su vida eterna, y ella lo sabe. Estos son los ocultos miedos animales; los cuales pensó se había deshecho de ellos hacía muchísimo tiempo.

“Te recomiendo encarecidamente, mi Príncipe, que reconsideres tu propuesta de movimiento rápido acerca de la abolición de la esclavitud de los Sangiks Secundarios. Yo he traído mi presencia aquí con el solo propósito de añadir mi conocimiento empírico a la vasta creación juiciosa que tú traes a la oficina de la Soberanidad Planetaria. Pero mi designación a tu personal puede muy bien ser un oportuno prospecto que puede ser evitado y esas dificultades innatas basadas en la evolución.”

“Dinos acerca de tu planeta,” Responde el Príncipe.

“Es pequeño, azul, marrón, blanco y verde—experimental 606 una vez en un sistema profundamente conflictivo en el Universo de Prueba en el Interior Séptimo que directamente bordea el Paraíso. Su nombre es Urantia. Hubo una rebelión en el Sistema. Entonces nuestro Príncipe Planetario fue uno de los muchos que traicionó a sus encargados mortales y existenciales. Encima de eso, nuestro par Adánico se encontraron ellos mismos en una situación casi sin esperanza y ellos incumplieron. Pero el Sistema Soberano/Creador hizo nuestro mundo el lugar de reunión para su último otorgamiento, y de esa manera nosotros los del planeta azul, Hermano Mentori, verdaderamente fuimos los más honorados de todos los sujetos/hermanos/hermanas de sus 10, 000,000 mundos.”

“¿Hace cuánto tiempo, Hermana Urantja, fue tu vida animal y dinos qué fue lo que causó la rebelión del sistema? Más aún, necesito saber acerca de la traición”

“Orgullo, Hermano Mentori. Orgullo fue en primer lugar la razón por la rebelión. Impaciencia fue la causa de nuestra traición en la oficina del Príncipe Planetario y así de esta manera de las masas mortales y celestiales. Ahora contestaré tu primera pregunta. Desde hace simplemente catorce billones de años en tiempo de mi planeta que la fusión de Ajustador y el progreso adicional me hicieron un Ciudadano del Paraíso.”

“¿Y la secuela de la traición…? Mentori pregunta.

“Retraso a gran escala para todos los programas planetarios. Retraso a gran escala del intelecto, de valores morales y de la espiritualidad fue para los creyentes hijos e hijas animales de esos planetas agitados por las deslealtades del Príncipe Planetario. Sus nombres—aquellos del Príncipe Planetario—ya no se saben. Los más bajos en el rango lo pasaron un poco mejor, pero no mucho. Algunas personalidades firmes son casi veneradas ahora.”

El Príncipe Eminente.

Mentori se estremece. “Hubo más de diez mil de mi orden que solicitaron por el puesto que tengo yo ahora,” él contesta. Fui juzgado como el más apropiado, el más erudito y elocuente maestro entre todos ellos. Y aquí estoy, apenas establecido en mi nueva tarea e inmediatamente siento que estoy conociendo a un maestro mejor de lo que yo quizás nunca llegue a ser.”

“Favorecidos son los mortales, mi querido Hermano,” respondió Urantja. “Sufrimos de hambre y pobreza, y la lista sigue, discriminaciones de toda clase—aún en la Mansión de los Mundos, todavía—pero tenemos mucha suerte. Aprendemos mucho en el camino. Los desastres que acontecieron en nuestro pequeño planeta Urantia, puede decir uno con mucho derecho, se han pagado ellos mismos muchas veces porque nos hemos convertido en Sus servidores de más confianza.”

“Hermana Urantja, confidencialmente ahora, un aparentemente preocupado Mentori sugiere, “sabes muy bien de mi gran aprecio para ti y para tu oportuna misión, mi querida amiga. Sin embargo supuestamente yo supere a diez mil de mi familia espiritual, yo percibo en ti un maestro inigualable en este reino, en mi orden, entre mis conocidos de incontables millones de años. Has transmitido en el mensaje de que yo me he vuelto muy orgulloso, pero sin decírmelo. Me has informado de que soy impaciente, pero sin herir mis sentimientos. Nosotros los de nuestra creada orden estamos verdaderamente muy bien informados, pero carecemos de casi toda la experiencia del espacio/tiempo. Te agradezco, Urantja, con todo mi corazón, y sería un gran honor para mí si tú me consideraras tu más eterno y agradecido amigo y me acompañaras esta tarde a la veneración.”

Mentori duda, pero solo momentáneamente, entonces parece asegurarse a él mismo que la mortal puede ser de confiar muy explícitamente. “Nosotros trabajamos, Urantja milenios sobre milenios en orden para recibir el otorgamiento supremo mental de nuestra Madre. También, trabajamos por eones para ganarnos el Regalo de nuestro Padre del Paraíso. Era impaciente, si, impaciente, lo confieso y egoísta y eso antes que nada. Te agradezco por haberme hecho notar esa gran deficiencia de carácter que yo tengo.”

“¿Que vas a hacer acerca de la situación apremiante de los Sangiks Secundarios? Pregunta ella.

“Veré que sean tratados justamente,” Mentori responde. Estaba muy preocupado de que ellos fueran maltratados. Preocupado de que los mejores de su raza sean reclamados por los Sangiks Primarios y por otros…bueno…simplemente que fueran masacrados.”

“¿Qué harás acerca de la abolición de esclavos, Mentori?”

“Voy a dejar que la evolución decida. Pero enseñaré amor y misericordia.”

“Mi querido amigo,” Urantja responde, “tu me acabas de dar tu palabra. Y dándome tu palabra, ahora te puedo informar lo que ya es sabido en el Paraíso. Tu decisión de dejar que la evolución siga su curso, unida con tu decisión de no dejar que tu nombre sea extraído del registro del Paraíso ha compensado ya tanto como cien veces doble todas las dificultades que mi planeta-hogar sufrió hace mucho, mucho tiempo.”

“Urantja, Yo encuentro eso muy difícil de…”

“¿Creer? Mi visita a tus tierras ha sido la única y la más importante tarea en toda mi carrera universal. Las dificultades—de acuerdo al potencial calculado del Paraíso—proviniendo de tu prematura liberación de la esclavitud de los Sangiks Secundarios hubiera persistido por casi cuatro millones de años en el tiempo de tu planeta. Con seguridad te puedo decir, que eso ahora no pasará. Estarás complacido de saber que las notas enseñan que por el resto de tu carrera planetaria, nunca mas serás tentado a desviarte de los planes del Paraíso claramente perfilados. Mentori, mi querido, querido hermano, tu nombre ha sido anotado en los archivos del Paraíso. Tú eres Mentori el Firme, y es sabido por todos en el Paraíso que tu flaqueaste solamente una vez instigando en este planeta del Padre los grandes planes universales.”

“Te agradezco querida Hermana por haberme informado.”

“Era mi tarea y placer, Hermano Mentori. Los archivos del Paraíso enseñan que tú serás, que tú eres y que siempre serás un sabio maestro por todo tu largo recorrido en el deber en este número 411 del Universo Exterior 1807. Los récords enseñan que tú recibiste el Don mental de la Madre y que la fusión con el Don del Padre fue consumado. No puedo decirte nada más. Tienes que tener fe en la coordinación de estos eventos, Mentori.”

Urantia.

Los dos ellos ahora pasaron una hora en veneración y meditación. Mentori aprende mucho acerca de la traición de Urantia. Él también está muy ansioso de aprender más acerca de su futuro eterno. Urantja también está ansiosa de decirle todo lo que ella sabe. Pero las últimas palabras se han dicho sobre el tema. La ex-mortal había sido informada en gran detalle acerca de lo que podía dejar saber y acerca de lo que tenía que permanecer secreto en el Paraíso. Siempre estaría el peligro de que Mentori podría volverse complaciente y se saboteara él mismo. Ella era una que sometía pruebas de la rebelión, una mortal ascendida quien había sido encargada con esa importante tarea. Urantja había tenido éxito en esta tarea, como sabían ya los Superiores del Paraíso que ella lo tendría.

“Dime sobre el experimental 606 de Satania, mi Hermana,” Mentori sugiere.

“Hubieron grandes pérdidas en nuestro mundo. Para algunos, la existencia en el muy subdesarrollado planeta se volvió demasiado para soportar. Sí, hubieron muchas, muchas pérdidas entre los mortales retrasados.”

Por un rato la de cabellera blanca Urantja se calla, entonces ella habla otra vez. “En estos catorce billones de años, la mayoría de los 10, 000,000 mundos de nuestro Miguel se han convertido en auténticas piezas de exposiciones de Luz y Vida. Su mundo otorgado se ha convertido en un lugar turístico intergaláctico para todas las especies imaginables. Pero sus convertidos ciudadanos mortales se encuentran en lo lejos y en lo ancho en la miríada de universos en el espacio. Los Urantianos son Embajadores, Maestros, Planificadores, y como ellos tuvieron un comienzo tan difícil en la vida, a ellos se les categoriza como muy duros de romper en circunstancias críticas, cruciales y controversiales. Los Urantianos son eminentemente confiados.”

“Yo comprendí desde temprana edad,” Urantja continúa, “que todos los hijos de Dios son el uno al otro en sus Fuentes de Origen espiritual. Las cosas que uno aprende de manera difícil son de valor para todos. Las recompensas más grandes les llegan a aquéllos que confían y creen, no importa que dura se vuelvan las cosas.”

Mentori suspira. “Aquéllos de mi propia clase podrían fácilmente volverse celoso de las grandes ventajas que ustedes los antiguos mortales gozan ahora. Nosotros no tenemos esas ventajas, pero muy frecuentemente deseamos estar en sus lugares en esos períodos de prueba y tribulaciones para poder disfrutar de la maravillosa Ofrenda de vida eterna garantizada con las que ustedes son premiados tan rápidamente. Sin embargo, muy pocos de ustedes aceptan las oportunidades fenomenales que se les da una y otra vez. No lo comprendo.”

“Yo si acepté la oportunidad,” Urantja le asegura a él con una sonrisa.

“¿Qué tan grandes fueron las repercusiones de la traición del Príncipe? Mentori pregunta. “Es mejor que reformule la pregunta. ¿Qué tanto tiempo pasó hasta que los errores del Príncipe fueron totalmente rectificados?”

“Simplemente dos millones de años en el tiempo de Urantia. Eso es solamente como un millón de tu tiempo. Un simple daño sin importancia fue hecho, comparado con todo lo bueno que hizo y que seguirá haciendo para incontables miles de universos que todavía están por nacer. El Paraíso ya ha contado las ganancias pasadas y futuras, Mentori.”

“¿Entonces, a qué llega todo esto, Urantja?”

“Una incomprensible cantidad de amor, belleza y bondad fue sin querer generada como producto que aquellos actos de duplicidad… incomprensible, Hermano. Sólo el Padre sabe cuanto. Nosotros, de nuestra parte—de la parte de los antiguos mortales—sabemos que el Hijo Supremo del Planetario de Urantia por medio de nuestras contribuciones solamente se ha convertido en uno de los más grandes Contribuyentes de todos los Siete Universos de Prueba. ¡Qué experiencia! ¡Qué conocimiento! ¡Qué sabiduría! Tan gran habilidad de prevenir, de anticipar y bloquear sucesos no deseados del futuro. Y todo eso es para el mejoramiento de los Universos en Prueba y aún más para todos los miles de universos periféricos que se están organizando en el espacio.”

“Era un asunto contencioso para mi,” Mentori suspira, “en eso de que parecía tener muy poco progreso ese gran mundo, por incontables e interminables siglos. Pero ahora comprendo que una evolución guiada y no una evolución forzada tiene que ser mi camino. Dile a mis Superiores que yo tendré fe en los resultados de la que parece ser una situación desesperada en mi planeta, Hermana Urantja.”

“Yo te doy “mi despedida”, Hermano Mentori, Urantja responde. “Tengo que ir a enterarme cuál y dónde será mi próximo proyecto.”

Traducido por Loyda Mira.

© Grupo de Progreso 11:11.

Has encendido una Luz y es Luz se convertirá en un Fuego Deslumbrante—ABC-22

George
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